Los vestidos de Jaesuk Kim superan a la realidad con tanta facilidad que intentar confeccionarlos sería una desilusión. Si quieres imaginar cómo te quedan, mejor cierra los ojos y vuélvete agua y pintura, tan fácil y espontáneamente como surgen los diseños de su pincel.
No sé si es casualidad pero escribo este post sentada en la penúltima mesa hacia el fondo de la biblioteca. Después de la curva, mirando hacia la entrada, en el asiento de la izquierda. El lugar con las mejores vistas de la sección Viajes.
Ni una maceta, ni abono, ni insecticidas. La naturaleza sabe. Aún en los momentos en que se lo ponen más difícil, siempre encuentra un rincón para volver a nacer, a crecer y a mostrarse orgullosa en todo su esplendor.
El pasado domingo fue el Día Mundial del Medio Ambiente y nos hemos armado de cámara en mano para dar un paseo muy especial por los rincones verdes más desconocidos de Barcelona. ¿Nos sigues?
Bajo el zumbido de los insectos, se presenta una variedad de formas, colores y estampados de temporada que vuelven a consolidar a la naturaleza como la indiscutible reina del diseño. Malvas, azules, marrones y verdes brillan hasta la última gota de rocío bajo los rayos de un sol que quiere ser cada vez más veraniego.
Los vegetales feos no se parecen en nada a las ilustraciones de los libros y no quedan bien en ningún bodegón. Demasiado grandes, demasiado pequeños, demasiado raros.
¿Por qué alguien se detendría a imaginar estos techos, con estos detalles, colores y formas, si ya nadie mira hacia arriba? De un título robado y de las imágenes de techos de mezquitas del fotógrafo Mherdad, nos llega la inevitable y evidente reflexión y ¿por qué no? Oda a lo inútil.
Los hilos pueden pintar, manchar y conmover. Los hilos pueden transformar una prenda en una obra de arte para admirar, cuidar y querer durante toda la eternidad.
