Pithy es la chica que lleva ese carrito de madera tan bonito, lleno de joyas también de madera, de mercadillo en mercadillo. Es Rita, una chica sonriente, amable, con un castellano casi perfecto, pese a llevar menos de un año en Barcelona.
Rita nació y creció en Bérgamo, en un pueblo de campagna. Tranquilo, lleno de paisajes muy bonitos. La calle era su jardín particular. Allí jugaba libre todo el tiempo que quería. De su infancia solo tiene buenos recuerdos. Una familia grande y unida en medio de la naturaleza.
Después se fue a estudiar Bellas Artes a Brescia y descubrió el mundo del diseño gráfico. Y le encantó.
Le gustan las cosas sencillas. El olor a café, despertarse por la mañana con su pareja, hablar con su familia. De hecho, lo que le encanta de Barcelona es encontrarse nuevas y pequeñas historias en todas partes, hablar cada día con una persona nueva, aunque solo sean dos palabras. Caminar nuevas calles, conocer nuevas expresiones.
Pithy ha significado su regreso a la madera y un poco al bricolaje. Desde muy pequeña, a Rita siempre le ha apasionado recortar para convertir los trozos en nuevas creaciones. Inventar. Dibujar al detalle.
El láser ha sido una revelación. Le maravilla la sola idea de que todo lo que le pasa por la cabeza pueda ser representado a la perfección. En su taller de Barcelona hasta el último milímetro de madera acaba formando parte de una joya preciosa. Ella misma las imagina, las diseña y las pinta a mano una a una, cuidando hasta el último detalle, hasta el punto en que el soporte es tan bonito como la propia joya.