No es solo un árbol

Amable se pasó la vida plantando árboles. Uno a uno. No llevaba la cuenta. Pero en su pueblo, Melendreros (concejo de Bimenes, Asturias), saben que habrán sido cientos.

Sobre todo plantaba tejos. Un árbol que puede llegar a ser milenario, sagrado para la cultura celta por sus múltiples propiedades curativas.

Hace unas semanas, un grupo de vecinos decidió hacerle un homenaje plantando un bosque de 97 tejos, simbolizando sus 97 años.

Gracias a las donaciones de conocidos y desconocidos, el bosque se va a llevar adelante. De hecho, todavía estás a tiempo de contribuir a que el proyecto se haga más grande haciendo una donación a través de la plataforma Kukumiku.

No demasiado lejos de allí, en Galicia, hace un par de domingos, un grupo de casi 50 voluntarios comenzó una plantación de 10.000 especies autóctonas en Froxán, en una zona de bosque calcinada en 2016, substituyendo a los peligrosos e invasivos eucaliptos.

La idea, además de crear un bosque bello, es que no vuelva a arder. El bosque está amadrinado por más de 364 donantes. Sin embargo, para conseguir su objetivo, necesitan tu ayuda.

Con tan solo 5 euros, puedes ser madrina o padrino de un bosque grande y bonito destinado a ser paisaje de infinitos paseos y hogar de especies autóctonas que podrán vivir tranquilas, sin miedo a un incendio.

Contribuye aquí a que este bosque sea una realidad

La plataforma Kukumiku no patrocina este post. Simplemente me he emocionado al descubrir estos dos proyectos. Me han recordado que los pequeños gestos sí que cuentan, que, como individuos, en nuestro pequeño ámbito de actuación, podemos hacer grandes cosas, pero, en colectivo, podemos hacer infinito.

Así que, ya sabes, siempre que sientas que el mundo se te hace grande e incontrolable, piensa en estos dos proyectos o busca la manera de plantar, al menos, un árbol.

La primera imagen la he encontrado aquí y la segunda es de la página del proyecto.