¿Por qué unas veces lo que hacemos nos sale mucho mejor que otras veces? Yo creo que, una vez más, la clave está en el minimalismo. En este caso relacionado con la maravillosa capacidad de focalizarnos en una única ocupación a la vez. Es decir, la concentración.
Reflexionando sobre una semana menos productiva de lo que me gustaría se me ocurrió que el minimalismo, además de para los objetos que ocupan nuestra vida, es muy aplicable a las actividades que ocupan nuestro tiempo. Y, así, a borbotones, me ha salido una lista de actividades que podría dejar de hacer para ser más productiva y más feliz. Yo le veo todo el sentido, ¿y tú?
1. Menospreciar el tiempo. Intentar meter 20 minutos en el sitio de 10.
Quizás la principal causa de mi frecuente impuntualidad. Es así, no soy realista, tiendo a hacer listas de tareas enormes para tiempos ridículos. Y claro, o no llego o llego exhausta.
2. Sobrevalorar el tiempo. Creer que hay un cambio enorme entre pillar el metro que está a punto de salir o el de 5 minutos después.
Entre saludar y no saludar. Entre hacer esa llamada a un amigo que la necesita y no. Entre tomar el café delante del ordenador o dedicarle 5 minutos completos de mi tiempo. Entre hablar con mi vecino y no. Lo sé, lo sabes, es ridículo. ¿Cuándo vamos a dejar de hacerlo?
3. La listitis. Construir listas inmensas y frustrarme cuando no llego.
Llevo años arrastrando este síndrome y todavía no consigo superarlo. Me resulta irresistible esa sensación de que cuando lo he escrito ya lo he empezado a hacer y bueno, me gusta escribir listas. Para muestra, la que tienes ante tus ojos.
4. La autoexplotación voluntaria. Creer que hacer más me hace mejor.
Lo peor de este enfoque es que me concentro más en hacer más que en hacer mejor y estoy tan ocupada y agobiada que no tengo tiempo a priorizar, a valorar qué es lo importante y si estoy haciendo lo que realmente quiero hacer como lo quiero hacer. Propongo un enfoque más cualitativo y menos cuantitativo.
5. Querer hacer todo a la vez. Y nada.
Obvio. Y, además, nada que ver con el minimalismo.
6. Estar siempre conectada. O sea, a todo menos al aquí y ahora.
Aunque realmente está muy relacionada con la anterior, creo que esta se merece una mención especial. Aún están por valorarse los efectos de los smartphones en nuestras vidas pero creo que unos cuantos son fáciles de intuir, sobre todo los relacionados con la concentración, la gestión de nuestro tiempo y la conexión con el presente.
7. Inventarme obligaciones. Y no saltarme ni una.
Reconozco que ya me voy recuperando de esta patología pero no está de más recordarme lo importante que es el no a quedar con gente que no me apetece, ir a eventos que no quiero, complicarme en la cocina cuando estoy cansada, obsesionarme con las tareas del hogar. Pero sí a ser más permisiva conmigo misma y a darme más tiempo para hacer lo que me dé la real gana.
Conclusión: con cuanto menos llenemos nuestro tiempo, más fácil será ordenar nuestra vida y dedicar la mayor parte de él, o al menos una buena parte, a lo que realmente nos gusta.
Muy bueno!! Ahora a hacer los deberes, o mejor dicho, los «no deberes», jaja
Gracias :)
Habrá que ir haciendo sí ;)
Un bico!!!
Yo peco de la cuatro unicamente, pero me he pegado un buen curro con la 3, la 6 y la 7.
Las redes sociales me las he quitado todas del móvil, incluso el email (me he dejado IG únicamente) a veces me sorprendo agarrando el móvil por sistema y me río al darme cuenta de que no hay nada que mirar… a veces lo echo de menos pero me doy cuenta que es mono, nada más.
Las malditas listas, ¡aiss esa! Pues ahora solo me escribo dos cosas de casa, dos de trabajo y un extra que va con premio, el resto obviamente no es ni urgente ni importante así que si tengo tiempo y ganas le dedico un rato y si no sin drama :)
Las obligaciones autoimpuestas ha sido un trabajo duro de observación, introspección y honestidad. Cada una de nosotras es un mundo pero en mi caso me di cuenta de que yo me valoraba por lo que hacía. Si consigo cosas soy válida, si alcanzo objetivos soy válida, si no me salto ni una pauta soy la p*ta jefa… pues ya se terminó. Hago lo que hay que hacer, me comprometo a lo que es verdaderamente necesario o me aporta algo que me llena, pero ese rollo de validarme por mis objetivos ha sido un curro duro pero efectivo.
Ala, ya me he enrollado suficiente, querías feedback, toma dos tazas.
Un abrazo preciosa, gracias por haberme forzado a hacer un repaso de mi situación actual.
Lou ♥
Hola Lou!
Vaya, qué bien resuelto todo! A mí creo que todavía me falta un poco por recorrer el camino, aunque estoy contenta porque hace años nunca me habría salido tan fácil esta lista :)
Eso sí, lo del móvil me duele porque he sido la última persona que conozco en pasarme al smartphone, me aburren las redes sociales, de hecho en vacaciones ni existo pero… ya ves tú! Un poco me he acabado enganchando a esto de las notificaciones…
En fin, qué bien esta charla! Algún día molaría seguirla en vivo y en directo y así me explicas bien tus trucos ;)
Un beso muy grande y que descanses muy bien!
OK per il minimalismo, però cercavo di pulire lo schermo del telefono, poi dal PC ho visto di che si trattava :) :)
;) ;)
Baci!!
¡Qué identificada me siento! ¿Serán patrones estándares o solo somos algunas las que lo gestionamos – sentimos – generamos de esta manera? Gracias por compartir esta realidad que ahora compruebo que no es únicamente propia. :)
Gracias por tu comentario Arrate!
La verdad es que me asusté de lo rápido que me salió la lista :) A ver si indentificando el problema somos capaces de empezar a ponerle solución ;)
Un abrazo,
Carmela