Te compras un móvil o un electrodoméstico. Se estropea. Lo llevas a reparar. Te dicen que para lo que te van a cobrar te compensa comprar uno nuevo. Lo tiras. Te compras un móvil o un electrodoméstico. Se estropea. Y así, una y otra vez.
El ciclo infinito de la obsolescencia programada es una de las principales causas de la sobre explotación de nuestro planeta, con la correspondiente sobre generación de residuos y contaminación del medioambiente. Pero, aunque suene tremendamente optimista, hay algo que puedes hacer para romperlo de una vez por todas:
Se llama autoreparación.
Tal como anuncié en el último post, el pasado 20 de agosto tuve la oportunidad de asistir a la Festa de la Reparació que organizó el Ajuntament de Barcelona en colaboración con la Associació Andrómines, un evento en el que técnicos de reparaciones te enseñan a realizar autoreparación básica de tus aparatos electrónicos.
El objetivo, más que convertirnos en expertos de las reparaciones, es quitarnos el miedo a abrir y explorar nuestros aparatos electrónicos, empoderarnos enseñándonos a realizar reparaciones básicas y recordarnos que reparar siempre es mejor que tirar.
De hecho, una de las mesas más concurridas del evento era una que estaba llena de móviles y herramientas para desmontarlos y volverlos a montar, sin miedo. Y allí me fui directa. Me parecía increíble, años y años como usuaria de móviles y unos simples tornillos habían bastado para detenerme antes de abrirlos.
Mientras, a las otras mesas iban llegando los pacientes. Entre ellos, dos ventiladores, una tostadora, un reloj despertador, un pedal eléctrico y algún que otro móvil. Una vez escuchado el primer diagnóstico, los técnicos iban dando las herramientas e indicaciones necesarias para empezar a explorar los aparatos, mostrando qué lugares se tenían que comprobar, qué síntomas buscar, qué causas podían estar detrás de los síntomas y cómo atacarlos.
Los asistentes, algunos niños, otros como niños, descubrimos la diversión de usar un destornillador, de ver cuánto tardábamos en encontrar el tamaño correcto y de entender cómo funcionan los aparatos que usamos todos los días. ¡No es tan misterioso como parece!
Y, lo más importante, además de aprender nociones básicas de autoreparación, entendimos la importancia de comprar con cabeza, eligiendo aparatos de buena calidad y fáciles de reparar.
Para mí, una persona a priori muy poco interesada en la electrónica o en cualquier manualidad, la experiencia de destripar y ver cómo se destripaban tantos electrodomésticos ha sido totalmente reveladora. ¡Me han entrado ganas de abrirlo todo! Y, desde luego, la próxima vez que tenga algún aparato averiado, pienso poner en práctica los consejos de los técnicos de la Festa de la Reparació:
1.Tener curiosidad:
Si ya no está en garantía, consultar el manual y mirar en internet. Hay páginas como ifixit con infinitos recursos de autoreparación para todo tipo de aparatos, desde consejos y tutoriales hasta herramientas y piezas de recambio.
2.Perder el miedo a la autoreparación:
Atrévete. Tus electrodomésticos son tuyos. Cuidarlos, repararlos, aprender a alargar su vida es tu derecho y responsabilidad. Si te equivocas, aprendes.
3.Tener paciencia:
Cada aparato es distinto y los fabricantes se esfuerzan cada vez más en hacer que cueste repararlos. Es fácil caer en el desánimo. No lo hagas. Tómatelo como una batalla contra la obsolescencia programada. Cuando reparas te conviertes en activista medioambiental.
4.No darte por vencida antes de pedir ayuda:
Seguro que en tu entorno hay muchas personas que pueden ayudarte. Mi pareja, por ejemplo, se pasa el día destripando móviles y ordenadores. Y, aunque te cueste y de pereza, aprende. Haz preguntas. La próxima vez tal vez no necesites ayuda.
5.Estar pendiente para no perderte la próxima Festa de la Reparació:
Es un lujo contar con expertos y herramientas para poder aprenderlo todo sobre tus aparatos electrónicos, además de una experiencia divertida e interesante para compartir con amigos o familia.
La Festa de la Reparació es una iniciativa del Ajuntament de Barcelona en el marco de su estrategia de prevención de residuos, en colaboración con la Associació Andrómines.
Una iniciativa brillante que merece la pena compartir. Ojalá se repita muy pronto en Barcelona y, por qué no, en todas las ciudades.
[…] Para mí es ya la segunda vez y la verdad es que estoy entusiasmada. El año pasado ha sido toda una revelación. Te lo cuento en este post. […]