Un vestido puede durar días, meses, años o toda una vida. Viajamos a Desula para descubrir la mejor historia que jamás nos había contado una prenda.
Todas las prendas cuentan, al menos, una historia: la de su creación. A veces, da gusto escucharla, otras, simplemente nos horroriza.
Después, les sucede algo parecido a las personas, cuanto más longevas, más y mejores historias.
Si nos adentramos entre las montañas de Barbagia (Sardeña), quizás tengamos la suerte de encontrarnos con un rincón inaccesible para las prisas y las modas. Desula. Una villa que se resiste a la modernidad luciendo uno de los trajes regionales más antiguos de Europa.
Un traje para toda una vida, cuyos colores, costuras, pliegues, vetas y medidas hablan más que palabras, devolviendo de una forma casi imposible el valor a las cosas. Recuperando preguntas demasiado olvidadas como, ¿qué compromisos tenemos con nuestras posesiones? ¿Cómo se relacionan nuestros ideales con los objetos que elegimos?
La película es de Andrea Pecora y la he encontrado en NOWNESS